lunes, 1 de julio de 2013

Preguntas más frecuentes

Es natural que después de leer la propuesta haya dudas. Vamos a ver si las discutimos todas.

¿Qué se conseguiría si las propuestas del Partido en Blanco salieran adelante?

Si el Partido en Blanco triunfa y consigue sacar adelante sus propuestas, en poco tiempo tendríamos:
  • Un gobierno y unos representantes trabajando por y a favor de sus electores.
  • Unos representantes que respondan directamente de sus actos. Ante la justicia y ante los ciudadanos.
  • Una justicia que no sólo aplicara las leyes sino que también pudiera reflejar la voluntad popular y no estuviera sometida a los poderes políticos.
  • Si se diera el caso de que los gobernantes elegidos desvincularan sus actos de la voluntad ciudadana, tendríamos la capacidad de modificar directamente las leyes, independientemente de lo que nuestros gobernantes decidan.

 ¿No sería más útil dar mi voto al Partido X (o Y)?

Si estás completamente de acuerdo con el programa de ese otro partido, si además confías en que sus representantes una vez elegidos van a llevarlo a cabo, si además confías en que sabrán dejar paso a otros gobernantes si no pueden cumplir sus promesas, y además confías en que durante los próximos cuatro años van a continuar honradamente con el desempeño de sus funciones, entonces yo diría que sí, que tu voto es más útil en ese otro partido.

Si por el contrario no compartes el programa electoral de ningún partido, o no confías en que puedan llevarlo a cabo por no ser realista y ser una colección de promesas que quieres oír, o no confías en que con el paso del tiempo abandonen voluntariamente el poder por no poder complir con sus promesas, o no confías en que todos y cada uno de ellos sean capaces de desempeñar su labor sin favorecer sus propios intereses o los de otros grupos o personas ajenos a tí, entonces te diría que tu voto sería mucho mejor aprovechado por el Partido en Blanco.

Piensa que sus miembros no quieren entrar en ningún tipo de juego político, o de alianzas, y tampoco quieren lucrarse con su cargo. Tampoco van a favorecer a ningún grupo de presión, estamento o institución, porque ni siquiera van a participar en las tareas de gobierno. Sólo van a apoyar sus reformas, nada más y nada menos.

Además el Partido en Blanco se disolverá en, como mucho, cuatro años. No habrá favores que devolver, ni puertas giratorias, ni alternancia. Ni cargos de libre designación, ni asesores temporales. Si los miembros del Partido en Blanco hacen esto es porque comparten un genuino deseo de cambio. Nada más. Y nada menos.

 ¿Pero qué ideología tiene el Partido en Blanco? ¿Es de izquierdas? ¿De derechas?

Ninguna. En el Partido en Blanco caben personas de cualquier ideología política, siempre que compartan la voluntad de reformar nuestro sistema para crear un clima social sano, donde tengan cabida todas las opiniones y exista un vínculo más directo entre los deseos del electorado y las acciones de los representantes elegidos.

La escena está dominada por una dinámica donde la clase política busca a toda costa conseguir el voto de los electores, sin importar demasiado el medio por el que se consiga. Existen dos maneras de convencer a un individuo para que le de su voto: por castigo al que tiene el poder o por acuerdo con las propuestas (el programa electoral) que dice que va a sacar adelante si sale elegido.
 
Desgraciadamente, el sistema está distorsionado en las dos vertientes. No sirve para mucho "castigar" al gobernante actual votando al partido contrario, porque el daño ya está hecho. Además, el castigo al gobernante actual no significa que quien lo vaya a sustuir vaya a ser mejor. De hecho, frecuentemente la alternativa no es significativamente mejor y todos nos quedamos con la sensación de que todos son más o menos lo mismo.

Para incitar el "voto de castigo", asisitimos perplejos a campañas mediáticas donde se bordea, cuando no incurre directamente, en la difamación y la mentira. Crear ese clima de polarización y de enfrentamiento puede ser rentable electoralmente a corto plazo, pero no es la forma en que se construye un futuro sólido y estable. Como ejemplo reciente tenemos la guerra desatada en torno a los distintos casos de corrupción: la estrategia del "y tú más" acarrea como resultado una difusión de la idea de que la clase política es corrupta en su totalidad, ignorando peligrosamente la ingente cantidad de políticos honrados que trabajan de la forma mas honesta que saben.
 
En lugar de un debate civilizado donde se aporten ideas, se discutan los pros y contras de cada una y se decida finalmente lo que la mayoría quiera, nos encontramos en una escena lamentable donde la sociedad se divide en facciones o grupos que simplemente repiten las consignas de sus líderes, sin aplicar demasiado -o nada en absoluto- la razón.

Los programas electorales por su parte puede que ilusionen o convenzan al votante, pero en lugar de ser creados de forma pragmática, pensando en lo que se puede o no se puede hacer, se crean pensando en lo que quiere oír el elector. No parece razonable aplicar las ideas del marketing comercial a un partido político, y sin embargo en nuestro entorno político actual funciona, ya que el político no tiene que rendir cuentas de sus actos hasta la siguiente elección.

¿Y si el Partido en Blanco obtiene mayoría absoluta?

Es cierto que cuanto más éxito tenga el Partido en Blanco, más puede alterar la vida política normal del país. Pero dado que sus cargos elegidos se abstendrán sistemáticamente en todas las votaciones excepto en las de las leyes de reforma que propone en su programa, el Partido en Blanco queda fuera del juego político en todas las cuestiones que no sean las estrictamente relacionadas con su programa, y permite por tanto el desarrollo normal de cualquier otra iniciativa de cualquier otro partido.
 
El Partido en Blanco no desea poner en peligro la gobernabilidad del país, ni resolver cuestiones de carácter moral o ideológico. El Partido en Blanco se compone de gente que piensa que esas cuestiones no se pueden resolver satisfactoriamente con el actual sistema democrático.

Es lógico pensar que si el Partido en Blanco obtiene un apoyo popular significativo, los otros partidos quieran contar con sus votos para sacar adelante sus iniciativas. El Partido en Blanco no se crea con la voluntad de introducir ninguna reforma fuera de su programa, y no apoyará ni bloqueará ninguna iniciativa fuera de las contenidas en su programa.

¿No es esto muy irresponsable?

Tal vez. Quizá sea mejor llamarla una locura. Aunque si lo comparamos con el estado actual de cosas, no parece ninguna locura. Criticar al Partido en Blanco por no apoyar -u oponerse- a tal o cual iniciativa no tiene lógica, porque el Partido en Blanco sólo busca crear las condiciones necesarias para que el gobierno esté más cerca de las personas.

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