lunes, 1 de julio de 2013

Parlamento y leyes electorales

Estos son los puntos del Partido en Blanco relacionados con el Parlamento y las leyes electorales.

  • Desaparición del Senado. Este punto es fácil de desarrollar. No necesitamos decidir dos veces las cosas, necesitamos decidirlas una vez y decidirlas bien.
  • Listas abiertas: los electores votarán a individuos, no partidos. No será obligatoria la adscripción de candidatos a un partido político. Válido en cualquier contexto electoral: estatal, autonómico o municipal.
  • Circunscripción electoral única para cada provincia.
  • Reparto de escaños/concejales bajo aplicación de la ley d'Hont sin ningún porcentaje de exclusión.
  • Al finalizar el mandato de todo cargo electo existirá un periodo de carencia equivalente a la mitad de la duración de su mandato con un límite de dos años durante el cual el cargo continuará percibiendo la retribución básica por su cargo, excluyendo dietas o gastos de desplazamiento. Durante ese periodo se prohíbe cualquier actividad con cualquier tipo de remuneración.
  • Cualquier ciudadano podrá someter una iniciativa de ámbito autonómico o nacional a referéndum. Para ello tendrá que presentar ante el Congreso o parlamento el apoyo popular, expresado a través de firmas validadas electrónicamente o usando DNI. El número de firmas necesario será por lo menos la décima parte del número de votos correspondientes al escaño del Congreso o parlamento autonómico que menor número de votos haya necesitado para conseguir el acta de diputado. El Parlamento únicamente podrá someter a consulta con el poder judicial el texto de la misma para verificar que se ajusta a derecho y es coherente con el contexto legal y regulatorio internacional, y decidir la fecha de la celebración del referéndum, en función de otras consultas que vayan a celebrarse, pero no podrá bloquear ni oponerse de ninguna manera a la celebración de la consulta.
Las listas abiertas son fundamentales para romper la dinámica de las disciplinas de partido y las disciplinas de voto. Actualmente, los cargos electos no responden ante sus electores, sino ante quien tiene que ponerles en la lista en las próximas elecciones. Vivimos bajo la sensación de que la clase política, los políticos, no vigilan por los intereses de sus electores. Es posible que exista una gran cantidad de políticos honestos y válidos cuya negativa a someterse a la disciplina del partido les impide acceder a un puesto en las listas electorales, y eso es inaceptable porque desperdicia un patrimonio humano incalculable.

Las disidencias y diferencias de opinión en los partidos se pueden solventar como el partido considere oportuno, pero en ningún caso eso debe apartar de la posibilidad de gestionar lo público a ningún individuo.

Los dos últimos puntos son muy importantes. En el antepenúltimo el votante tendrá que ser consciente de que está pagando hasta dos años de vacaciones a su representante, aunque a cambio tendrá cierta protección contra el tráfico de influencias y las "puertas giratorias".

En el último se garantiza que la voluntad popular si es expresada con la suficiente vehemencia va a ser escuchada, aunque existen límites a lo que se puede o no se puede preguntar. Por ejemplo, no se puede preguntar "¿Quiere vd. que España sea miembro de la OTAN?" si no existe una invitación formal de la OTAN para que España forme parte de ella.

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